La liberaci髇

Poder volver a ver la luz del d韆

El coronel Moscard tuvo la certeza de que la liberaci髇 era inminente al escuchar en 鈥淩adio Madrid鈥 que la aviaci髇 roja hab韆 bombardeado Maqueda, lo que quer韆 decir que los nacionales hab韆n tomado ese importante nudo de comunicaciones y se encontraban a solo cuarenta kil髆etros de Toledo.

A las 05:30 horas del domingo 27 de septiembre, Hace explosi髇 la segunda mina en la explanada oriental, pr髕ima a la torre noreste. Cinco toneladas de dinamita sacuden de nuevo lo que ya eran las ruinas del Alc醶ar, e inmediatamente despu閟 comenz el asalto que fue inmediatamente rechazado. Alrededor de las siete, en ese mismo lugar, los sitiadores lo inundan de gasolina produciendo grandes llamaradas y una inmensa columna de humo. Posteriormente, fue rechazado un segundo asalto.

Sobre las seis y media de la tarde, el teniente Luis Lahuerta Ciordia, al mando de una secci髇 de Regulares de la V bandera de Tetu醤, entr en el Alc醶ar por las ruinas de la explanada norte y, tras las l骻icas reticencias, fue recibido por el capit醤 de la Guardia Civil que mandaba el sector Rodr韌uez Valero, quien le lleva a la presencia del coronel Moscard. La noticia se difundi con gran rapidez por toda la fortaleza con la l骻ica emoci髇 por toda la poblaci髇 de la fortaleza.

Sobre las 10:00 horas d韆 siguiente, el general Jos Varela Iglesias, jefe de las tropas que han ocupado Toledo, es recibido en el Alc醶ar por el coronel Moscard que, en posici髇 de firmes y en primer tiempo de saludo, fiel al tradicional laconismo militar exclama: 隆SIN NOVEDAD EN EL ALC脕ZAR, MI GENERAL!

Acabamos de comer y pugn醔amos por subir al patio. Nos lo imped韆n. La espera, muy tensa. Los legionarios deber韆n rondar las cercan韆s, si el avance se realizaba al ritmo que vimos. Ya ca韉a la tarde y todav韆 con luz, surgieron los gritos que anhel o韗 d韆 a d韆 durante el asedio: 隆Est醤 aqu nuestros soldados!

Un moro, delgado y alto, de tez aceitunada, no demasiado joven, de unos 30 a駉s, vistiendo el uniforme de campa馻 de Regulares, con su turbante blanco, en camisa y con las mangas arremangadas. El fusil en bandolera y en el lado contrario el macuto, tambi閚 de la misma forma.

Memoria de D. Lorenzo Morata, Defensor del Alc醶ar de Toledo.

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