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El despacho del coronel Moscard
El puesto de mando de la defensa
Buscando el puesto de mando de mayor protecci髇 frente al fuego enemigo, incluso aunque por la ventana entrara fuergo de artiller韆.
El despacho de Moscard
Desde ese peque駉 habit醕ulo de apenas 25 metros cuadrados, el general Moscard dirigi durante los primeros d韆s de la Guerra Civil, con escasos alimentos, a las 1.800 personas que resist韆n en el Alc醶ar de Toledo los bombardeos de artiller韆 y aviaci髇 del Gobierno de la Rep赽lica.
La l韓ea de tel閒ono de Moscard, desde la que solo pod韆 recibir llamadas, estaba intervenida desde el principio del asedio, por lo que el famoso di醠ogo del general con su hijo qued registrado. En esa conversaci髇, un republicano, que se identific como jefe de las milicias de Toledo, amenaz a Moscard con fusilar a su hijo Luis, de 24 a駉s, si no se rend韆, algo a lo que el general se neg. Ante la negativa, los republicanos le pusieron a Luis Moscard al tel閒ono, quien le confirm la amenaza, a lo que su padre contest: "si es cierto, encomienda tu alma a Dios, da un viva a Cristo Rey y otro a Espa馻 y muere por ella como un h閞oe. Adi髎, hijo m韔. Un beso muy fuerte", seg趎 recoge el libro de Francisco Mart韓ez: "Toledo 1936. Asedio y liberaci髇 del Alc醶ar".
El despacho ahora es una sala con las paredes desconchadas, donde cuelga del techo una l醡para coet醤ea a Moscard, una vieja mesa sobre la que hay un tel閒ono, posiblemente desde el que se produjo la conversaci髇, algunas fotograf韆s del asedio al Alc醶ar en las paredes y una estanter韆 que muestra los retratos de los directores de la Academia de Infanter韆 de Toledo, desde 1875 a 1936. La 趎ica referencia a la conversaci髇 que hay en el despacho se encuentra en cuatro folios escritos a mano que pertenecen al denominado "Diario de Operaciones del Asedio", en los que no se reproduce el di醠ogo pero s se hace alusi髇 al mismo.
Tambi閚 supe por 閘 que ayer sufrieron en el despacho de Moscard, lo que nosotros, en el almac閚 del se駉r Sierra: les explot un proyectil en el quicio de la ventana, en la parte alta y derecha, y sembr toda la amplia estancia de metralla, hiriendo s髄o al comandante M閚dez Parada; los dem醩 鈥攜 hab韆 reunidos un buen n趍ero de jefes y oficiales鈥, escaparon ilesos del trance o con heridas m韓imas. Moscard indemne. Otra casualidad.
Memoria de D. Lorenzo Morata, Defensor del Alc醶ar de Toledo.
Durante mucho tiempo, pudo escucharse una recreaci髇 del audio de la conversaci髇 entre Luis y su padre en el despacho del coronel Moscard
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