La Capilla

Los caballeros de la Fe

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El 5 de agosto se pone a disposici髇 de los defensores un recinto dedicado a su expansi髇 espiritual. Se trata de la capilla que se ubica en uno de los m醩 amplios almacenes de los s髏anos con tragaluces para su ventilaci髇, situada en el 醤gulo noroeste, debajo de la sala de banderas.

Se traslad all la Virgen que hab韆 en la enfermer韆 de la Academia con todo su ornamento, candelabros y dem醩 aderezos. Detr醩 de la imagen se coloc un tapiz de damasco de seda roja que serv韆 de dosel del regio trono en las solemnes celebraciones que el centro de ense馻nza realizaba en el patio de armas. En el suelo se coloc una valiosa alfombra de la Academia General Militar con el emblema del Ej閞cito en el centro y los de la 脫rdenes Militares en las esquinas.

El espacio era suficientemente amplio como para albergar unas 200 personas donde pusieron una decena de bancos. Sin embargo, hay que se馻lar que no hab韆 ning趎 sacerdote entre los refugiados.

La inauguraci髇 de la capilla, as como a los actos religiosos que se realizaron durante el asedio se llev a cabo por los tres voluntarios que la pusieron en marcha y se ofrecieron para organizar los cultos. Mart韓ez Simancas dirig韆 el rosario que se rezaba a las cinco y media de la tarde, Sanz de Diego otro a la siete y media y Mar韓 Mart韓, que asiste a los dos rosarios, lee al final del rezo la novena correspondiente a cada d韆 escritas por 閘 mismo. A estos rosarios asisten cada d韆 numerosos refugiados llenando completamente el recinto.

A partir del 9 de agosto se empezaron a rezar diversos cultos dirigidos principalmente a su Virgen Mar韆 del Alc醶ar agradeciendo la protecci髇 que les dispens a lo largo del asedio y pedirle el fin de su cautiverio y de la contienda que se estaba librando entre espa駉les.

鈥淯nas mujeres, ajenas a este bullicio, sub韆n a la capilla por la escalera enorme y monumental de la fachada sur, ubicada en el piso superior, justo enfrente de la puerta principal, esto es, en medio del amplio rellano. Lugar destacado y de honor y el m醩 a prop髎ito para presidir esta escuela de cadetes.

O韒os decir a unos paisanos, que tambi閚 repararon en esas mujeres, que al marido de una de ellas lo hab韆n matado o permanec韆 grave en la enfermer韆. Las segu y acced a una amplia estancia. Sobre un modesto altar se alzaba una bella Pur韘ima, patrona del Arma de Infanter韆, que resplandec韆 con su t趎ica blanca y su manto azul, rodeada de angelitos.鈥

鈥淓n las idas y venidas, paseando por el recinto porticada, al caminar hacia la fachada sur, dirig una mirada hacia la capilla vac韆, y me entristec. 驴Por qu trasladaron al s髏ano la imagen de la Sant韘ima Virgen si su estancia no corr韆 peligro inminente?

Al aumentar la concurrencia 鈥攎ayoritariamente femenina鈥, caso de sonar la alarma, comprend韆 que no quedaba otro recurso 驴c髆o salir de la capilla, bajar tantas escaleras y alcanzar a tiempo al s髏ano? Bastaba esta raz髇. Adem醩, si todos nos refugi醔amos 驴por qu dejar la imagen desprotegida?鈥

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鈥淟a capilla, antes almac閚 鈥攁趎 ya limpio y despejado鈥, segu韆 pareci閚dome peque馻. Con escasos bancos para el gran n趍ero de personas que nos agrup醔amos, por eso la mayor韆 permanec韆 de pie. Llevaba el rosario un capit醤, Sanz de Diego, del que ya me hab韆n facilitado unas referencias inmejorables. Ve韆 a la Sant韘ima Virgen resplandeciente y radiante en su altar, pese a la mortecina luz que los candiles le proporcionaban. Un tapiz en el suelo y un dosel al fondo, de terciopelo rojo, ocultaba la descuidada pared, y determinaba que el manto y vestido de la imagen adquiriera un tinte rojizo, en el que mi fantas韆 ve韆 la sangre de los heridos y muertos en la defensa, que as participaban y nos acompa馻ban en nuestras s趐licas.鈥

Memoria de D. Lorenzo Morata, Defensor del Alc醶ar de Toledo.



Esta estancia fue la capilla hasta que trasladaron la imagen al vest韇ulo de Capuchinos. Entonces se convirti en quir骹ano y enfermer韆. Obs閞vese la carencia de luz, porque los tragaluces que se aprecian en la fotograf韆 estaban totalmente cegados por los escombros de la fachada norte.

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